Isla Aucar, conocida como la “Isla de las Almas Navegantes”, es una diminuta pero encantadora isla situada en la comuna de Quemchi, en la provincia de Chiloé. Este pequeño pedazo de tierra, de no más de 200 metros de diámetro, ofrece a sus visitantes una experiencia única donde la historia, la espiritualidad y la belleza natural se entrelazan de manera sublime.

Isla Aucar
Imagen: Manuel Delgado; https://www.flickr.com/photos/156436445@N05/

Un lugar que parece detenido en el tiempo, donde el silencio es solo interrumpido por el suave susurro de las olas y el canto de las aves. La isla es accesible a través de un pintoresco puente de madera de unos 450 metros de longitud, que ofrece una experiencia casi meditativa mientras se camina sobre el agua, acercándose cada vez más al encanto de Aucar.

La capilla de Isla Aucar, con sus sagradas imágenes vestidas que datan de 1761, es una joya arquitectónica y un reflejo de la profunda fe chilota. Este sitio no solo es un lugar de culto, sino también un punto de conexión cultural que ha visto pasar generaciones de fieles isleños.

El cementerio de la isla es un jardín en sí mismo, donde los vivos rinden homenaje a sus antepasados en un entorno de paz y belleza. Los bien cuidados jardines, junto con la vista del océano, brindan un lugar de reflexión y serenidad que honra la vida y la muerte con igual respeto y belleza.

El mirador de la isla es el lugar perfecto para contemplar el entorno natural, donde se pueden avistar bandadas de cisnes de cuello negro que adornan las aguas con su elegante presencia. La flora y fauna nativas de Aucar son un verdadero atractivo, ofreciendo a los visitantes la oportunidad de observar y aprender sobre la biodiversidad única de esta región.

La pasarela que conecta a la isla con el continente es un escenario perfecto para tomar fotografías y para aquellos que buscan un momento de calma. Es un espacio donde la naturaleza se muestra en todo su esplendor, ideal para capturar imágenes memorables o simplemente disfrutar del paisaje.

Isla Aucar es un destino familiar por excelencia, la visita es gratuita, con estacionamiento disponible por un aporte voluntario, lo que demuestra la generosidad y el espíritu acogedor de los chilotes. Los senderos de la isla invitan a una caminata tranquila, donde cada paso revela una nueva vista o un nuevo rincón florido.

En conclusión, Isla Aucar no es solo una atracción turística; es un retiro espiritual, un encuentro con la historia y una celebración de la vida natural. Es un lugar que debe ser visitado con el corazón abierto y el espíritu listo para ser tocado por la magia de Chiloé.

Aquí, entre el verde de la vegetación y el azul del mar, se descubre el verdadero significado de la belleza y la tranquilidad.

Leave A Reply