La Iglesia San Francisco de Castro, situada frente a la Plaza de Armas en Castro, capital de Chiloé, es un símbolo histórico y religioso de gran importancia. La ciudad de Castro fue fundada en 1567, y desde entonces, el lugar donde se erige la iglesia ha sido un sitio de significado espiritual y comunitario. El primer templo, dedicado al Apóstol Santiago, fue sucesivamente destruido y reconstruido tras ataques y desastres naturales, hasta que en 1910 comenzó la construcción del templo actual, que concluyó dos años después.
Diseñada por el arquitecto italiano Eduardo Provasoli, la iglesia destaca por su estilo neogótico, una divergencia del típico estilo chilote. Construida principalmente de maderas locales como el alerce, ciprés de las Guaitecas, coigüe, raulí y olivillo, la iglesia exhibe una magnífica fachada y detalles interiores. El templo cuenta con una superficie de 1.404 m², una longitud de 54 metros, un ancho de 25 metros, y una altura de 16 metros en la bóveda central. Sus dos torres alcanzan los 42 metros de altura, ofreciendo una vista impresionante desde la Plaza de Armas.
El interior de la iglesia alberga obras de arte religioso significativas, incluyendo una imagen del Arcángel Miguel venciendo a Satanás, y una réplica de la imagen del Nazareno de Caguach. La iglesia fue declarada Monumento Histórico Nacional en 1979 y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2000.
La Iglesia San Francisco de Castro no es solo un lugar de culto, sino también un ícono cultural y turístico. Situada en el corazón de Castro, es accesible y visible desde varios puntos de la ciudad. Su fiesta patronal se celebra cada 4 de octubre, en honor a San Francisco de Asís, y atrae a numerosos visitantes y fieles cada año. La iglesia es una parada obligatoria para los turistas en Chiloé, ofreciendo una experiencia inmersiva en la historia y la cultura local.
La Iglesia San Francisco de Castro es un monumento imprescindible para cualquier visitante en Chiloé, representando no solo la rica historia y tradición religiosa de la isla, sino también su excepcional patrimonio arquitectónico y cultural. Su ubicación céntrica, su diseño único, y su valor histórico la convierten en un destino turístico esencial en la región de Los Lagos de Chile.