El Cerro Tres Monjas, custodio del Valle de Futaleufú en la provincia de Palena, Región de los Lagos, es un desafío al que solo los más audaces aventureros se atreven a enfrentar. Este imponente macizo de granito se erige majestuosamente al este de Chaitén, ofreciendo un paisaje que es tanto inspirador como intimidante.

Cerro Tres Monjas
Imagen: Dick Culbert; https://www.flickr.com/photos/92252798@N07/

Las Tres Monjas, tres agujas de granito que coronan este cerro, se alzan como torres que vigilan el valle. Según los relatos locales, son los vestigios de un antiguo volcán cuya historia geológica se remonta a tiempos prehistóricos, con las torres marcando lo que una vez fue el conducto central de la montaña.

La primera conquista conocida de este monolito fue lograda en 2001 por un equipo intrépido compuesto por los argentinos Guy Costa y Pedro Fina, junto al catalán Oscar Medel, quienes dejaron su marca en la historia del montañismo sudamericano.

Para aquellos que buscan imitar tal hazaña, la jornada comienza en la confluencia de los ríos Azul y Futaleufú. El ascenso al Cerro Tres Monjas no es para corazones débiles; es un reto que exige un alto nivel de condición física, experiencia en escalada y un espíritu indomable. Los excursionistas deben partir al amanecer, embarcándose en una travesía que les exigirá superar sus límites con la esperanza de regresar al ocaso, después de haber conquistado uno de los picos más emblemáticos del sur de Chile.

Las vistas desde la cumbre son, sencillamente, espectaculares. Los ojos de los valientes son recompensados con panoramas de 360 grados del Valle de Futaleufú, donde el verde esmeralda de los bosques y el azul turquesa de los ríos se unen en un cuadro de belleza natural inigualable.

No obstante, su belleza, el Cerro Tres Monjas es conocido por sus grandes pendientes y la dificultad técnica de su escalada, lo que significa que solo es recomendable para ascensionistas experimentados.

Aquellos que se sienten menos aventureros, pueden disfrutar de la majestuosidad del cerro desde la seguridad del valle, donde las vistas del gigante de granito son igualmente impresionantes y ofrecen oportunidades magníficas para la fotografía y la contemplación.

El Cerro Tres Monjas no solo es un destino de montañismo; es un símbolo de la imponente naturaleza del sur de Chile, un monumento natural que invita a la reflexión sobre la pequeñez humana frente a la magnificencia del planeta Tierra.

Visitar el Cerro Tres Monjas es una experiencia que se grabará en la memoria de cualquier viajero, una aventura de granito y espíritu que habla del ancestral llamado de las montañas que solo los valientes se atreven a responder.

Leave A Reply