Punta Corona, situada en la pintoresca comuna de Ancud, en la mágica provincia de Chiloé, Región de los Lagos de Chile, se erige como una perla incrustada en el litoral de Chiloé, ofreciendo un encuentro con la historia marítima, la naturaleza y la cultura ancestral de recolección costera.
Este punto geográfico no es solo un hito de orientación gracias a su emblemático faro, que guía las embarcaciones en su viaje por el canal de Chacao, sino que también es un testigo silente de épocas pasadas con vestigios de fortificaciones que alguna vez sirvieron como bastiones de defensa en un territorio lleno de relatos y tradiciones.
Las playas de Punta Corona es un ejemplo viviente de la relación simbiótica entre el ser humano y su entorno; aquí, la comunidad local continúa prácticas sustentables de extracción de algas como el luche y el cochayuyo, perpetuando así un modo de vida que ha prevalecido a través de las generaciones.
El acceso a Punta Corona es en sí mismo una experiencia enriquecedora, ya que el trayecto despliega los paisajes típicos del norte de Chiloé, donde la naturaleza se muestra en todo su esplendor, en una paleta de verdes intensos y azules profundos que conforman bosques, campos y cielos que se funden con el mar.
Los visitantes pueden absorber la grandiosidad del Océano Pacífico y sus islas dispersas desde hermosos miradores estratégicos que ofrecen vistas inigualables.
El principal atractivo de esta península es sin duda el faro, perteneciente a la Armada chilena, además, cuenta con un museo que abre las puertas al público a la rica historia de la zona, exhibiendo artículos que narran las vivencias de quienes han habitado y protegido este enclave a través del tiempo.
Punta Corona invita a los turistas a un lleno de aprendizaje y asombro, la entrada al faro y su museo es completamente gratuita, pero el recinto militar abre sus puertas a los visitantes solo los sábados, domingos y festivos, entre las 13:00 y las 19:00 horas, permitiendo sumergirse en un capítulo de la historia chilena y disfrutar de la tranquilidad de sus paisajes.
Punta Corona es, sin duda, un destino que ofrece mucho más que un paisaje hermoso; es un lugar donde el patrimonio natural y cultural se entrelazan, invitando a los viajeros a ser parte de la historia viva de Chiloé y a contemplar la inmensidad del mar que ha dado forma a la identidad de su gente.