Ancud, radiante joya del archipiélago de Chiloé, se alza orgullosa como el primer asentamiento urbano de importancia que recibe a los viajeros que cruzan desde el norte a través de Chacao, esta ciudad, con una rica historia que se remonta a su fundación por real orden en 1767 durante el reinado de Carlos III, es un mosaico de patrimonio, cultura y belleza natural.

Ancud
Imagen: Christian Córdova; https://www.flickr.com/photos/ccordova/

La esencia de Ancud se ha ido moldeando a través de los siglos, con un siglo XIX marcado por el bullicio de un comercio marítimo pujante y un siglo XX que vio cómo inmigrantes alemanes infundían nuevos aires de prosperidad a través de la agricultura, ganadería y educación, Ancud se ha convertido en un enclave turístico vibrante y en constante crecimiento.

Caminar por Ancud es una delicia para los sentidos, puedes empezar tu exploración en la Feria Municipal, sumergiéndote en los sabores autóctonos de Chiloé y descubriendo la rica artesanía de la isla, sigue la ruta histórica por calle Arturo Prat hasta el Mercado, donde los aromas del mar y las voces de los comerciantes te envuelven en la atmósfera local, para luego recorrer El Muelle Prat, con sus embarcaciones y pescadores, cuenta historias de mareas y faenas.

Elevándote hacia la parte alta de la ciudad, el Fuerte San Antonio se presenta como un guardián del pasado, mientras que la Playa Arena Gruesa ofrece un refugio de tranquilidad y belleza natural. El broche de oro de este recorrido es el Cerro Huaihuén, desde cuya cima las vistas panorámicas de Ancud son sencillamente espectaculares.

La hospitalidad de sus habitantes es singular, lo que hace de la visita una experiencia aún más cálida y acogedora.

Pero Ancud es mucho más que su encantador casco urbano, entre sus joyas naturales se cuentan las Pingüineras de Puñihuil, únicas en el mundo por ser el hábitat compartido de pingüinos de Humboldt y Magallanes. Las fortificaciones como el Fuerte Ahui y las plazas militares baterías Chaicura y Balcacura son testimonios de un pasado de estrategias y vigilancia marítima. La Costanera de Ancud invita a largos paseos con la brisa marina como compañía, mientras que la Plaza de Ancud es un punto de encuentro y celebración de la vida chilota.

Explora los alrededores y déjate sorprender por la diversidad de paisajes: desde la serenidad de Chepu hasta el rústico encanto de las playas de Mar Brava y Rosaura. Cada rincón, como Caulín y Pumillahue, ofrece una experiencia única, ya sea por su naturaleza, su fauna o la posibilidad de degustar exquisitos platos locales.

Ancud es una invitación a vivir Chiloé en su máxima expresión, es una ciudad que, manteniendo su esencia histórica y cultural, abre sus brazos al visitante moderno, prometiendo una estadía inolvidable. Ya sea por su patrimonio, su exquisita gastronomía o sus paisajes de ensueño, Ancud es un destino que no puedes dejar de visitar.

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