Situado a tan solo 2 km al sur de Puerto Domínguez, el Mirador Budi emerge como un punto fascinante para la contemplación de uno de los paisajes más emblemáticos de la Región de la Araucanía en Chile. Este lugar, accesible desde el camino principal, se convierte en la ventana perfecta para admirar la inmensidad del único lago salado del país con salida al mar y su fascinante entorno natural y cultural.
Desde esta posición privilegiada, los visitantes pueden sumergirse en un espectáculo visual donde la biodiversidad del lago se manifiesta en toda su gloria. Es un punto de observación excepcional para la avifauna local, destacándose la presencia de especies como el cisne de cuello negro, símbolo de la rica fauna que habita en el área. La relación única del lago con el mar, que permite incursiones de agua salada, crea un hábitat singular para estas especies.
El Mirador Budi no solo ofrece una experiencia visual inolvidable sino también una oportunidad para conectar con la cultura mapuche lafkenche, guardianes ancestrales de estas tierras. La cercanía a comunidades locales permite a los viajeros explorar aspectos de la vida mapuche, desde su gastronomía hasta sus tradiciones espirituales y artísticas, creando un vínculo profundo entre el observador y el entorno.
La experiencia en el mirador es complementada por la serenidad y belleza del paisaje que rodea el Lago Budi, invitando a la reflexión y al disfrute de la naturaleza en su estado más puro. Este escenario es ideal para la fotografía, el estudio de la naturaleza o simplemente para un momento de paz y contemplación.
Visitar el Mirador Budi es sumergirse en una jornada de descubrimiento y apreciación de la belleza natural y cultural de la Araucanía. Es un testimonio de la armonía entre el ser humano y la naturaleza, y una invitación a preservar el patrimonio natural y cultural de esta región única. La visita a este mirador es, sin duda, un punto destacado para cualquier viajero que busca experimentar la esencia de Chile.