El Cerro Maule, ubicado en la hermosa comuna de Saavedra, provincia de Cautín, Región de la Araucanía, Chile, ofrece una de las vistas más espectaculares de la costa pacífica del sur de Chile. Conocido también como “Choñi” en Mapudungun, el idioma de los mapuches, este mirador natural es un lugar privilegiado que permite a los visitantes sumergirse en una experiencia visual única, donde la majestuosidad del Océano Pacífico se encuentra con la riqueza cultural y natural de la región.

Cerro Maule
Imagen: Sebastian Caro; https://www.flickr.com/photos/sebacc/

Desde la cima del Cerro Maule, los visitantes pueden contemplar la amplitud el Océano Pacífico, apreciando la unión de los ríos Moncul e Imperial, el balneario Los Pinos, la desembocadura del río Imperial, y en días claros, la distante Isla Mocha. Este lugar no solo ofrece una excelente vista al océano ideal para las fotografías, sino que también es un punto de venta de artesanía y productos locales, reflejo de la rica cultura de la zona​​​​.

Aunque en 2022 por un derrumbe, producto de las fuertes lluvias, se inhabilitó el acceso al mirador a escasos metros del área de desplazamiento para visitantes, la comunidad local y los amantes de la naturaleza mantienen la esperanza de que pronto se reubiquen las instalaciones del mirador sobre el cerro para el disfrute seguro de los visitantes.

Hasta entonces, cualquier acceso al lugar es bajo la responsabilidad del visitante, recordando la importancia de preservar la seguridad mientras se disfruta de la belleza natural.

El Cerro Maule no es solo un mirador; es un punto de conexión entre el pasado, el presente y el futuro de Saavedra. Cerca de allí, la playa Maule y el balneario Boca Budi ofrecen espacios de esparcimiento y contacto directo con la naturaleza. Además, la cercanía con el Lago Budi, un sitio de importancia ecológica y cultural, amplía las opciones para los visitantes interesados en explorar la diversidad de la región​​.

El Cerro Maule representa un destino encantador para quienes buscan experiencias auténticas en la naturaleza y desean sumergirse en la riqueza cultural de la Araucanía. A pesar de los desafíos actuales, sigue siendo un testimonio de la belleza inquebrantable de Chile y un recordatorio de la resiliencia de sus paisajes y su gente.

Esperamos con ansias el día en que el mirador sea nuevamente accesible para todos, ofreciendo un espacio seguro y enriquecedor para admirar la inmensidad del Pacífico y la tierra que lo rodea.

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