Como amantes del turismo de montaña, a menudo nos preguntan por destinos que combinen la majestuosidad de los Andes con la sensación de haber llegado a un lugar donde la naturaleza reina en su estado más puro. Hoy queremos hablarte de uno de esos gigantes, a menudo opacado por su colosal vecino, el Tupungato, pero que posee una belleza y un carácter únicos: el Volcán Tupungatito.

El Tupungatito no es solo un volcán; es una escultura viva de hielo y roca. Se yergue, como un vigía impasible, en el cordón limítrofe con Argentina, en el corazón de la comuna de San José de Maipo, custodiando el origen del caudaloso río Colorado. A sus 5.650 metros sobre el nivel del mar (nota: corrigiendo la altura de la fuente, ya que 6.550 m corresponde al Tupungato), su silueta no es la típica de un cono perfecto, sino la de una imponente y redondeada cúpula de hielo.

Esta gruesa capa de nieves eternas es su sello distintivo, una carpa blanca que brilla bajo el sol andino con una intensidad que desafía la mirada. Su cráter, de unos 3 kilómetros de diámetro, es una planicie helada y vasta, un mundo en miniatura donde el silencio solo es quebrado por el viento.

Volcán Tupungatito
Imagen: Rafael Edwards; https://www.flickr.com/photos/rafa2010/

¿Qué Ver y Experimentar en el Entorno del Tupungatito?

Tu viaje al Tupungatito comienza mucho antes de poner un pie en sus faldas. El camino mismo es parte esencial de la experiencia. Al adentrarte por la Ruta G-25, pasando San José de Maipo, el paisaje se transforma. Los valles verdes dan paso a laderas áridas y rocosas, talladas por ríos de deshielo de un turquesa lechoso. La biodiversidad aquí es sorprendente: con suerte, podrás avistar cóndores trazando círculos en el cielo, águilas moras o, si tu vista es aguda, quizás el esquivo suri (ñandú cordillerano).

La vista más emblemática, y que no requiere una expedición extrema, se obtiene desde los miradores naturales a lo largo del camino hacia el Embalse El Yeso. Desde allí, la perspectiva del macizo del Tupungatito, con su blanco manto y su forma redondeada, reflejándose en las aguas azules del embalse, es una de las postales más fotogénicas de la Región Metropolitana. Es un espectáculo de texturas y colores que te hará sentir pequeño ante la inmensidad de la cordillera.

¿Qué Hacer?: Aventura para Todos los Niveles

No es necesario ser un andinista experto para conectar con la esencia del Tupungatito. Te proponemos diversas formas de vivir esta aventura:

  1. Senderismo y Fotografía: Las rutas de trekking en sus alrededores, especialmente las que se dirigen hacia la zona del Valle del Colorado, son de una belleza sobrecogedora. Son ideales para una caminata de día completo, donde tu cámara será tu mejor compañera. Captarás el contraste entre el blanco inmaculado del volcán, el azul del cielo, el ocre de las montañas y el verde de los valles en verano.
  2. Montañismo para Experimentados: Para ti, que buscas un desafío mayor, el ascenso al cráter del Tupungatito es una ruta de alta montaña que requiere preparación física, equipo técnico (crampones, piolet) y, lo más importante, la contratación de un guía especializado. La recompensa es indescriptible: pararte en el borde de ese cráter de 3 km y observar su fondo cubierto de una nieve virgen y eterna es una experiencia que trasciende lo físico. Es un volcán activo (el más septentrional de la Zona Volcánica Sur de los Andes), y en su interior se pueden apreciar fumarolas, un recordatorio del poder latente que habita bajo el hielo.
  3. Día de Picnic y Observación Estelar: La zona aledaña, especialmente cerca del Embalse El Yeso, es perfecta para un día de picnic inolvidable. Después de la puesta de sol, aléjate de las luces de la ciudad y prepárate para una sesión de astronomía. La altitud y la ausencia de contaminación lumínica te regalarán un manto estelar de una claridad que creerías perdida.

¿Cómo Llegar?

Tu punto de partida es Santiago. Debes tomar la Ruta G-25, que recorre todo el Cajón del Maipo. Pasarás por San José de Maipo, continuarás por Las Vertientes y luego hacia el interior por el camino que se dirige al Embalse El Yeso. El trayecto total desde Santiago hasta los miradores principales es de aproximadamente 3 a 4 horas en vehículo. Es imprescindible que utilices un vehículo alto, preferiblemente 4×4, especialmente para los últimos tramos, que son de ripio y pueden estar en mal estado. El camino es sinuoso y de montaña, por lo que la conducción debe ser prudente.

Sugerencias de Viaje Imprescindibles

Aclimatación: La altura es un factor real. Pasa al menos un día en el Cajón del Maipo (a unos 2.000 msnm) antes de intentar cualquier actividad exigente. Hidrátate mucho y evita el alcohol.

  • Permisos: Para acceder a ciertas zonas cercanas a la frontera, como los caminos que se acercan al Tupungatito, es necesario realizar un trámite de salvoconducto en Carabineros de Chile o en la Gobernación Provincial de Cordillera. Infórmate con anticipación.
  • Equipamiento: Protector solar, gafas de sol, gorro para el sol y para el frío, y varias capas de ropa (el clima cambia bruscamente). Zapatos de trekking son esenciales incluso para las caminatas más sencillas.
  • Logística: Lleva suficiente agua y comida. No hay servicios en la montaña. Contrata guías locales para actividades de montaña; su conocimiento es invaluable para tu seguridad y para una experiencia enriquecedora.
  • Temporada: La mejor época para visitar es durante el verano y principios de otoño (diciembre a abril), cuando los caminos están más transitables y el clima es más estable.

El Tupungatito te espera no como un destino turístico común, sino como una invitación a presenciar la fuerza primigenia de los Andes. Es una lección de humildad y un recordatorio de la belleza agreste que custodia la puerta trasera de Santiago. ¿Aceptas el desafío?

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