San Juan, situado en la costeña y tranquila ribera del canal de Dalcahue en la Isla Grande de Chiloé, es un pueblo que cautiva con su encanto y tranquilidad, un pintoresco enclave, donde la belleza natural y el patrimonio cultural se fusionan para crear una experiencia turística inolvidable.

San Juan
Imagen: Fernando Mandujano; https://www.flickr.com/photos/77491304@N00/

El acceso a San Juan es una aventura en sí mismo, un largo camino a través de paisajes chilotes hasta llegar al pueblo, ofreciendo a los visitantes una sensación de retroceso en el tiempo, hacia un lugar donde las tradiciones marineras son el latido del día a día. Aquí, la vida transcurre al ritmo de las mareas y los ciclos de la naturaleza.

Cada 12 de octubre, San Juan se transforma en el epicentro de la celebración del Día de las Tradiciones Marineras. Los visitantes son testigos de un festín cultural donde se exponen las costumbres, la música, la danza y la gastronomía chilotas, en un homenaje a la vinculación histórica del pueblo con el mar y la navegación.

La estampa de embarcaciones en construcción varadas en la playa es una vista común y parte del surrealismo cotidiano de San Juan. este paisaje se complementa con la emblemática iglesia de San Juan Bautista, Monumento Nacional y Patrimonio de la Humanidad, cuya arquitectura en madera es un símbolo de la tradición y el ingenio chilote. Esta iglesia no es solo un lugar de culto, sino también un tesoro arquitectónico que atrae a amantes de la historia y la arquitectura de todo el mundo.

Además, San Juan alberga un humedal de gran importancia ecológica. Conformado por el estuario que lleva su nombre y donde confluyen los ríos Puchaurán y Quillaico, este humedal es un santuario para la observación de aves. Los Cisnes de Cuello Negro, especialmente durante su temporada de nidación entre septiembre y octubre, adornan el área junto a una variedad de aves migratorias y autóctonas, convirtiéndolo en un lugar de gran atractivo para ornitólogos y entusiastas de la naturaleza.

La vida en San Juan está impregnada de un valioso patrimonio cultural que sus habitantes comparten con orgullo. Las casas de madera, caracterizadas por su construcción tradicional, están dispersas por el pueblo, ofreciendo un vistazo a la vida chilota y una oportunidad para que los visitantes se sumerjan en la historia local.

Visitar San Juan es mucho más que un simple viaje; es una experiencia que conecta al viajero con las raíces profundas de Chiloé, con su comunidad y sus costumbres.

Es una invitación a caminar por sus calles, a conversar con sus gentes y a vivir momentos auténticos en un lugar donde la belleza del paisaje y la riqueza de la cultura se entrelazan para contar la historia de un Chiloé orgulloso y eterno.

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