Playa Lechagua se extiende como un paraíso escondido en las costas de Ancud, en la mágica isla de Chiloé, ofreciendo a sus visitantes una experiencia costera única y familiar. Con kilómetros de arenas finas y doradas, esta playa es un destino obligatorio para aquellos que buscan la tranquilidad de un litoral sereno, así como el disfrute seguro del sol y el mar.
La playa es vasta, permitiendo a los visitantes encontrar su propio espacio de serenidad incluso en los días más concurridos del verano, cuando el agua cristalina se convierte en un refugio exquisito para refrescarse y jugar. Conocida por ser una playa apta para el baño en Ancud, Lechagua se distingue por su suave oleaje y la seguridad que ofrece para el baño de niños y adultos por igual.
Los atardeceres en Lechagua son un espectáculo aparte, mientras el sol se hunde en el horizonte del Pacífico, el cielo se tiñe de colores que van desde el naranja intenso hasta el violeta suave, creando un telón de fondo perfecto para una caminata romántica o para jugar en la orilla del mar hasta el anochecer.
Como balneario preferido de los visitantes de Ancud, Lechagua está especialmente preparada para recibir a familias, el oleaje suave y la baja profundidad hacen que sea el sitio ideal para que los más pequeños puedan chapotear y jugar en el agua con seguridad, mientras los adultos se relajan en la arena o se sumergen en las tranquilas aguas. Además, las condiciones de la playa son perfectas para la construcción de castillos de arena, una actividad que encanta a grandes y pequeños.
La infraestructura de Lechagua está pensada para la comodidad del visitante, contando con un estacionamiento municipal que asegura la accesibilidad al balneario, y la amplitud de la playa invita a los deportistas y amantes del bienestar a correr o caminar por su orilla, disfrutando de la brisa marina y el sonido relajante de las olas.
Playa Lechagua es más que un simple destino turístico; es un refugio en el que cada ola trae consigo la promesa de relajación, diversión y una conexión profunda con la naturaleza. Su belleza natural, combinada con las aguas calmas y la seguridad que proporciona, la convierte en una joya imperdible de Ancud y un lugar totalmente recomendable para quienes buscan un retiro familiar en el corazón de la Región de los Lagos.