El Museo Prehistórico de Puente Quilo, ubicado en la comuna de Ancud, provincia de Chiloé, Región de los Lagos, es un testimonio vivo de la rica historia prehistórica de la zona. Este museo al aire libre, creado gracias a la dedicación y el esfuerzo de don Serafín González, ofrece a los visitantes una oportunidad única de sumergirse en el pasado de Chiloé y conocer de cerca los vestigios de sus primeros habitantes.
El área de Puente Quilo, donde se sitúa el museo, ha sido un lugar de gran importancia histórica y científica, desvelando detalles sobre la vida de los primeros pobladores de Chiloé, quienes se asentaron en las orillas del río Quilo hace aproximadamente 6.200 años. Los hallazgos en este sitio incluyen conchales, grandes acumulaciones de conchas de mariscos, que son indicativos de los asentamientos prehistóricos y ofrecen una ventana a la vida cotidiana de estos primeros habitantes.
Don Serafín González descubrió una variedad de artefactos durante una excavación en su propiedad en 1995. Estos incluyen puntas de proyectil, hachas de piedra, osamentas humanas, y herramientas de piedra. Estos objetos no solo reflejan las actividades diarias de caza, pesca y marisqueo, sino también las habilidades y conocimientos de estos antiguos chilotes en el uso de materiales como la piedra, el hueso y la madera.
El Museo Prehistórico Arqueológico Chiloé, establecido en reconocimiento al trabajo de Don Serafín González, expone estas piezas arqueológicas junto con una colección de animales disecados, incluyendo lobos de mar, tortugas, un tiburón y los restos completos de dos cachalotes. Este museo, de entrada, gratuita con aporte voluntario, es un lugar acogedor y educativo, ideal para visitar con niños y para quienes tienen interés en la historia y las antigüedades.
El Museo Prehistórico de Puente Quilo no es solo un museo; es un portal al pasado, que permite a los visitantes conectar con la historia antigua de Chiloé de una manera tangible y memorable. Su ubicación junto al puente Quilo y su rica colección de artefactos lo convierten en un destino imperdible para los amantes de la historia, la arqueología y la naturaleza.