El Lago Villarrica, situado en la idílica Región de la Araucanía, Chile, se destaca como un destino de primer nivel para los amantes del turismo al aire libre y las actividades acuáticas. Conocido también como Mallalafquén en mapudungun, su nombre prehispánico, este lago se extiende majestuosamente a lo largo de 176 km², presentando una forma elíptica cuyo eje mayor alcanza los 23 km.
Rodeado por las ciudades de Villarrica al oeste y Pucón al este, el lago se erige como un punto de encuentro entre la naturaleza y la cultura, ofreciendo a sus visitantes una amplia gama de actividades tanto en verano como en invierno.
Durante los meses más cálidos, la temperatura del agua varía entre 19 y 22 °C, condiciones ideales para disfrutar de deportes como la vela, el kayak, la pesca deportiva, la natación y el esquí acuático. En invierno, aunque las temperaturas descienden, el lago sigue siendo un escenario perfecto para la contemplación y el descanso, en un ambiente de pura serenidad y aire limpio.
La presencia dominante del Volcán Villarrica al sur añade un toque de majestuosidad al panorama, convirtiéndolo en uno de los lagos más icónicos del sur de Chile.
Además, la zona se beneficia de la cercanía de dos parques nacionales, Huerquehue y Villarrica, donde los visitantes pueden explorar fuentes termales naturales y disfrutar de la rica biodiversidad local.
Pucón y Villarrica, las ciudades que abrazan este cuerpo de agua, son conocidas por su vibrante oferta gastronómica, que combina lo mejor de la cocina mapuche con los sabores de la pastelería alemana. Además, ofrecen una diversidad de restaurantes, ferias, mercados y hasta casinos, lo que garantiza una experiencia turística completa para quienes buscan combinar la aventura con el placer culinario y el relajo en centros de aguas termales.
La navegación por el Lago Villarrica ofrece una experiencia inolvidable, ya sea a bordo de embarcaciones turísticas que parten tanto de Villarrica como de Pucón, o mediante la exploración personal con lanchas, kayaks y veleros. La isla Aillaquillén, aunque deshabitada, constituye un patrimonio histórico y un punto de interés para aquellos que navegan por sus aguas.
A lo largo de los años, el Lago Villarrica ha sido un testigo privilegiado de la historia y la transformación de esta región. Su importancia trasciende lo meramente turístico, siendo un elemento central en la vida y el sustento de las comunidades locales. Su conservación y el cuidado de sus aguas son fundamentales para preservar este paraíso natural para las futuras generaciones.
La visita al Lago Villarrica es, sin duda, una parada obligatoria para aquellos que buscan descubrir la belleza natural del sur de Chile, sumergirse en su rica cultura y disfrutar de una amplia variedad de actividades al aire libre que satisfacen a todos los gustos y edades.