El Convento Franciscano San Leonardo de Porto Mauricio de Collipulli, un monumento histórico en la Región de Araucanía, Chile, es un testimonio notable de la herencia religiosa y arquitectónica de la ciudad. Fundado en 1869 por el padre Pacífico Gandolfi, este convento representa una página importante en la historia de la evangelización y educación en la zona.

Convento Franciscano San Leonardo de Porto Mauricio
Imagen: Constanza Pieringer; https://www.flickr.com/photos/yosoyconi/

La construcción de este templo, iniciada en 1897 y culminada en 1884, refleja la arquitectura neoclásica del siglo XIX, con influencias hispánicas. Su diseño austero y sencillo, típico de la Orden Franciscana, contrasta con un interior enriquecido por una impresionante carpintería. Las bóvedas, columnas, y arcos de medio punto son realzados por capiteles y estrías, mientras que el cielo y las bóvedas se adornan con hermosas pinturas policromadas. Antiguamente, un campanario de madera y una estructura con la imagen de San Francisco daban la bienvenida a los fieles.

La importancia del convento trasciende lo arquitectónico; fue el epicentro de la primera escuela primaria de la zona, conocida como San Leonardo, y posteriormente del Liceo Mixto Particular de Humanidades, San Leonardo, fundado en 1957. Aunque los franciscanos dejaron el colegio en 1973, su legado educativo permanece.

A lo largo de los años, el convento ha enfrentado desafíos significativos, como los terremotos de 1960 y 2010, que dañaron gravemente su estructura, especialmente el campanario y los vitrales. A pesar de las reparaciones y esfuerzos de conservación, el edificio ha experimentado periodos de abandono y deterioro, lo que ha despertado preocupaciones en la comunidad local.

Declarado Monumento Histórico en 2013, el Convento Franciscano San Leonardo de Porto Mauricio sigue siendo un sitio de gran valor histórico, arquitectónico y artístico. Su historia refleja la labor evangelizadora y educativa de la Orden Franciscana en la Región de la Araucanía y su papel en la formación de la comunidad de Collipulli. Este convento no solo es una joya arquitectónica sino también un testigo silencioso de los cambios y desafíos a lo largo de más de un siglo en la región.

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