Anclada en la comuna de Angol, dentro de la provincia de Malleco, en la majestuosa Región de la Araucanía en Chile, los notables espejos de agua y esculturas de la Plaza de Angol se erige como un baluarte histórico y cultural.
Declarada Monumento Histórico por el Decreto Supremo N° 777 el 4 de agosto de 1986, alberga “Los Continentes”, un conjunto de esculturas alegóricas que representan a América, Asia, Europa y África, encargadas a V. Arias en 1892 por Don Amadeo Martínez, un visionario administrador del hospital de Angol entre 1885 y 1890.
La historia de la plaza se remonta a la época posterior al 15 de julio de 1869, cuando comenzaron los trabajos para crear este espacio público, transformándolo de un simple potrero a un punto de reunión embellecido con árboles exóticos, escaños, y una fuente central que, en su momento, fue creada por el marmolista y escultor italiano Luis Barchi. Sin embargo, hoy en día, la característica más distintiva de la plaza es su espejo de agua, rodeado por las cuatro imponentes esculturas de mármol blanco.
Virginio Arias, quien residía en París durante la comisión de las esculturas, creó estas piezas sin que se sepa a ciencia cierta si fueron esculpidas en Francia o en Chile. La decisión de Don Amadeo Martínez de encargar estas obras de arte subraya la importancia de la cultura y el arte en la vida pública de Angol desde fines del siglo XIX.
A mediados del siglo XX, la plaza fue remodelada, reemplazando la fuente original por el espejo de agua que conocemos hoy, sin que se conozca el destino final de la pila de Barchi.
Este espacio no solo es un testimonio de la riqueza histórica y cultural de Angol sino también un punto de encuentro para la comunidad y visitantes. La cuidadosa preservación de los árboles frondosos, bancos, fuentes, estatuas y faroles contribuye a una atmósfera que es simultáneamente serena y vibrante, invitando a los visitantes a sumergirse en un viaje a través del tiempo. La preocupación por mantener la plaza en un estado impecable refleja el orgullo y la valoración de la comunidad por su patrimonio.
Más allá de su belleza y significado histórico, la Plaza de Armas de Angol es un emblema del enfoque europeo adoptado en su diseño, ofreciendo a los visitantes una pileta central que resalta sus estatuas, que simbolizan la unión de los diferentes continentes. Es una verdadera joya en la Región de la Araucanía que invita a la reflexión sobre el pasado, el presente y el futuro de esta parte de Chile.
La Plaza de Armas de Angol, con sus espejos de agua y esculturas, no solo es un espacio de belleza y tranquilidad sino también un lugar de encuentro cultural y social que sigue desempeñando un papel vital en la comunidad de Angol y sus visitantes. Su designación como Monumento Histórico subraya su importancia como parte del patrimonio cultural y natural de Chile, preservado para las generaciones futuras.